Por mucho tiempo hemos visto el desenvolvimiento de esta modalidad de negocios.A simple
vista inofensivo.Sin malicia.Una forma de recrearse en su barrio,desde la década de los 90.
En ese tiempo era muy diferente a la actual,hoy día,tenemos una forma desenfrenada de sonar la música con unos equipos sofisticados y muy potentes,capaces de romper,con su
vibración hasta una copa.El daño que ese ruido hace al sistema nervioso,es incalculable.
Es considerado un daño contaminante.Es tan grande el daño que ocasionan los ruidos que
modifican el ritmo cardíaco y de los vasos constructores del sistema periférico,afecta en el
riego cerebral,al sistema nervioso central,alteraciones al sistema,aumento de la presión arterial
dilatación de las pupilas.Afecta el ruido,también al sueño,la memoria,la atención,produce estrés y cambio de conducta general.
La semana pasada las autoridades de la zona oriental,Santo Domingo,cerraron un número
considerable de negocios,relacionados al tema tratado.Aplaudimos esa nueva modalidad de
aplicar las leyes,pues creímos no estar en República Dominicana.La ley es la ley.
Lo hecho en Santo Domingo,es algo,que todo el país espera que se haga en cada rincón de la Nación.El abuso de los colmadones se diseminó por todas partes.En los pueblos los jefecitos nada hacen porque muchas veces los negocios son de ellos ,de militares o allegados
al gobierno.Es tan grande lo que sufren los pueblos por esta causa,que personas humildes han
tenido que vender o casi regalar sus casas al no poder soportar el desorden y los abusos de
sexo público frente a sus casas,acompañados del bullicio descontrolado hasta amanecer. En
Constanza,para sitar un lugar,las autoridades nada hacen para remediar esta lacra que mina la
sociedad.Próximo a la casa de las monjitas,hay un negocio que ha sido notificado al gobernador de La Vega,al Fiscal local,al vago comandante de Policía local;hasta al ministro
de Interior y nadie,nadie ha hecho nada. En este caso no ha valido ni las Juntas de Vecinos,ni
las comunicaciones de la Parroquia local.Señor ministro de Medio Ambiente,haga algo por el
país.Todos estamos enfermos de los nervios ante la situación de los ruidos.
Le reitero,no es en Santo Domingo que se abusa de los ruidos,usted tiene una extensión de
48 mil kilómetros cuadrados para actuar.-
