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la que los obispos católicos,en 1960,hicieron temblar a todo el país, y al dictador Rafael L.Trujillo,
con verdades nunca divulgadas, públicamente,contra gobierno alguno.Como es costumbre desde aquel 21 de enero, todos los años,se difunde una Carta Pastoral,con criterios similares:decir lo que
nunca se dice. Todo el dominicano que analiza la historia,que vive su país,comprende lo que decimos.
En la época moderna,el sacerdote dominicano ha cambiado, ya no es el mismo. Ama más el dinero,no
se entrega,como antes, al servicio social,a la ayuda a los pobres, a la defensa de quienes no tienen
quien les defienda,a la protección de los indigentes. Para nuestros Ministros del Señor, es más cómodo ser capellán militar, decir sermones"tomados de la greña",sin nunca,nunca hablar del pobre
campesino del hombre de los barrios que muere de hambre,que muere por falta de atención médica a tiempo .Es más cómodo. Para él, no existen los enfrentamientos en "intercambios" de disparos,creación de la policía más criminal de toda América Latina, para él los ministros del gobierno no son ladrones,criminales vulgares que olvidando al pueblo se han agenciado fortunas,que
por su cuantía, son inconmensurables,eso no se ve, como tampoco se ven las mansiones de veraneo
que tienen estos salvadores de la patria,en todo el territorio nacional.Es mejor cobrar un sueldo o tener protección militar que dar en el clavo y decir y hacer lo que hicieron Monseñor Francisco Panal, y todos los Obispos que si fueron grandes y serán recordados como verdaderos Apóstoles del
pueblo dominicano. Quien escribe es CATÓLICO , vivió parte de la persecución desatada después de la Carta Pastoral que cambio la historia Nacional,porque si bien tuvimos,en aquel tiempo,el nacimiento de los grandes hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas por la Libertad, también es cierto que la iglesia nunca les dejó solos,siempre dijo lo que debía decirse.
